La plaza de la cantera es el gran espacio público urbano del municipio. Su estratégica situación en continuación con la Plaza Jesús del Nazareno a través del pasaje del carnaval, hacen de este espacio la prolongación natural, de roteños y visitantes, de la Playa de la Costilla hacia la calle Charco y el resto del centro, a modo de charnela entre lo natural y lo urbano.
Si bien, es indudable el vibrante dinamismo del que goza en la actualidad, la propuesta trata de potenciar su situación como prolongación del litoral y su actividad abierta, aproximando tonos, texturas y elementos de la playa. En definitiva, transportando la arena a la plaza.
El proyecto plantea la recuperación de este espacio público para la ciudadanía reordenándolo. Proponiendo liberar su superficie ofreciendo así un espacio potencialmente multiusos, capaz de albergar gran número de actividades ciudadanas hoy hipotecadas por la presencia de los grandes veladores.
Hay que pensar plazas, calles, vacíos que ocupar activamente, la vida social no sólo se desarrolla en lugares diseñados ex-profeso, la propia naturaleza de la vida social hace que esta se desarrolle de manera espontánea en ámbitos cotidianos que por nuestra cultura invaden y transforman permanentemente el espacio público de la ciudad.
La plaza de la cantera es el gran espacio público urbano del municipio. Su estratégica situación en continuación con la Plaza Jesús del Nazareno a través del pasaje del carnaval, hacen de este espacio la prolongación natural, de roteños y visitantes, de la Playa de la Costilla hacia la calle Charco y el resto del centro, a modo de charnela entre lo natural y lo urbano.
Si bien, es indudable el vibrante dinamismo del que goza en la actualidad, la propuesta trata de potenciar su situación como prolongación del litoral y su actividad abierta, aproximando tonos, texturas y elementos de la playa. En definitiva, transportando la arena a la plaza.
El proyecto plantea la recuperación de este espacio público para la ciudadanía reordenándolo. Proponiendo liberar su superficie ofreciendo así un espacio potencialmente multiusos, capaz de albergar gran número de actividades ciudadanas hoy hipotecadas por la presencia de los grandes veladores.
Hay que pensar plazas, calles, vacíos que ocupar activamente, la vida social no sólo se desarrolla en lugares diseñados ex-profeso, la propia naturaleza de la vida social hace que esta se desarrolle de manera espontánea en ámbitos cotidianos que por nuestra cultura invaden y transforman permanentemente el espacio público de la ciudad.